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  • Foto del escritorSexualidad y Salud

La peligrosa moda del chemsex

Actualizado: 29 jul 2019



Madrid, Lavapiés, martes por la noche. Te conectas a Scruff (una aplicación de citas para hombres homosexuales) y ves que hay 5 sesiones de Chemsex a tu alrededor, un mundo de posibilidades cargado de experiencias sexuales de riesgo y drogas. Sesiones que ocurren todos los días y a todas horas… ¿Pero de qué trata realmente el Chemsex?


¿Qué es el Chemsex?


La traducción literal es “sexo químico”, y consiste en el uso combinado de drogas y alcohol para tener relaciones durante horas o incluso días, buscando una mayor desinhibición y un aumento del placer, la excitación y la potencia sexual. Las drogas generalmente utilizadas son: metanfetaminas, mefedrona, GHB, ketamina, poppers, cocaína, éxtasis, además de alcohol y viagra.


El perfil de los participantes es el de un hombre de entre 25 y 45 años, (82%) con estudios y (83%) activo laboralmente, de orientación homosexual (96%).Las sesiones se conocen boca a boca, por aplicaciones de geolocalización como Scruff o Grindr o se organizan de forma esporádica como un “after” después de salir de fiesta. Suelen organizarse en casas privadas y el número va de 2 a 10 hombres aproximadamente. [1]

Algunos usuarios del Chemsex definen estas sesiones como “Días perdidos sin dormir, descansar o comer durante incluso 72 horas”. Parece lógico pensar que cuantas más horas pasen ahí, más aumenta el numero de parejas sexuales diferentes (puede llegar de promedio hasta 5 por sesión).


¿Qué riesgos tiene el Chemsex?


Aunque el uso de drogas en contextos sexuales no es algo nuevo, esta práctica ha llamado la atención por algunas novedades y peligros. Por ejemplo, es reciente el uso de sustancias como la mefedrona y las metanfetaminas, así como el uso por vía intravenosa de sustancias, que asocia mayor riesgo de contagio de VIH o Hepatitis C. Las drogas incrementan las conductas sexuales de riesgo, siendo habitual que durante estas sesiones no se utilice preservativo para favorecer el aumento de sensaciones. Tantos contactos sexuales desprotegidos incrementan el riesgo de contraer una enfermedad de trasmisión sexual (ETS) o VIH. En cuanto a las drogas, hay riesgo de sobredosis, sobre todo con el GHB pues es difícil calcular la dosis y es peligroso mezclarlo con alcohol y metanfetaminas. La mefedrona o metanfetamina eliminan la sensación de hambre y sed, olvidándose de cuidar sus funciones básicas, y hacenque se pierda la noción del tiempo.


Más allá de los daños físicos, también son importantes los daños psicológicos. Tantas horas bajo efectos de las drogas, sin comer, dormir o beber conllevan un importante desgaste. Se pueden dar cuadros de ansiedad o depresión(especialmente durante los días posteriores al consumo), episodios psicóticos, alucinaciones visuales y/o auditivas, disfunciones sexuales, adicciones, ideas de suicidio o alteraciones de la conducta.


Un ex-participante de estas prácticas comentaba en un artículo que se ha perdido el miedo porque “ahora todas las enfermedades se curan” y que se inician en estas prácticas y en las drogas porque “no nos encontramos bien con nosotros mismos o queremos escapar de algo, también hay mucha homofobia interiorizada”.


Parece que es una manera de huir de algo que hay dentro que no son capaces de afrontar y que la única manera que tienen de mostrarse es a través de estas prácticas. Afirman que encontraron en las drogas una ayuda para superar o enmascarar algunos problemas de autoestima o confianza en si mismos en el ámbito sexual. Algunos dicen haberse vuelto dependientes de estas drogas llegando a considerar difícil o imposible mantener relaciones sexuales sin ellas. Tras participar de forma habitual en el Chemsex, resulta muy difícil volver a tener sexo normal sin una ayuda especializada.


Es interesante entender el ciclo en el que se introducen estas personas y del que resulta difícil salir, como refieren los expertos. [2] Suelen ser personas que se sienten solas y a través de las aplicaciones como Grindr o Scruff encuentran en un primer momento un grupo de pertenencia. En esas mismas aplicaciones son invitados a sesiones y se ofrece la venta de droga. Una vez acuden a las sesiones muchas veces perciben la droga como una forma de facilitar la desinhibición y el poder hacer algunas prácticas sexuales que suponen importante dolor físico. Además, la droga les ayuda a perder la vergüenza y el miedo a las enfermedades de trasmisión sexual. Una vez iniciados en estas prácticas necesitan seguir consumiendo para mantenerse en ellas. Tras el fin de semana llega el lunes y vuelven a sentir el vacío y la soledad, lo cual les lleva a volver el fin de semana al Chemsex para tapar su malestar. El uso de las aplicaciones también tiene un componente adictivo y muchos pasan horas hasta encontrar alguien que se interese en ellos o una sesión.


¿Cómo prevenirlo?


Desde 2017 es considerado un problema de Salud Pública en España y se están impulsado programas de prevención. Ha aumentado la incidencia de nuevos casos de VIH en España, debido a estas prácticas. Por otro lado, en Londres se registra una muerte al mes por Chemsex.


En la web www.apoyopositivo.org se puede encontrar el programa “Sexo, Drogas y Tú”, que cuenta con diferentes actividades realizadas por profesionales especializados como: evaluación psicológica para acogida y detección de necesidades, intervención psicológica (terapia individual, familiar o de pareja), valoración e intervención medico/psiquiátrica, inclusión en grupos de autoapoyo para personas con VIH, entre otras. También realizan actividades de formación:talleres formativos para profesionales sanitarios y sociales, campañas y materiales informativos específicos para el colectivo LGTB+, charlas comunitarias y jornadas para mejorar la difusión del fenómeno y estudios de investigación destinados a mayor conocimiento del fenómeno y de las motivaciones de consumo de los usuarios.


Diferentes organizaciones LGTB+ están dando información, números de contacto para obtener ayuda, impulsando campañas para reducir riesgos, etc.

Como podemos ver, se está tomando conciencia de este problema, las organizaciones se están implicando, hay ayudas disponibles, atención medica y apoyo. Si estás leyendo este artículo y tienes algún amigo por el que estés preocupado o tú mismo te has visto metido en estas sesiones y no sabes como salir o sientes que ya no “controlas”, que estás preocupado por tu salud, que estás consumiendo muchas drogas, que las necesitas para mantener relaciones, etc. pide ayuda e información, háblalo con tu médico, contacta con alguna asociación.


A continuación te presentamos algunos consejos:


1. El primer paso es tomar conciencia,darte cuenta de que a lo mejor tienes un problema. Puede ayudarte hacer una lista de motivaciones y consecuencias negativas que tiene o ha tenido para ti estas sesiones.


2. Diseña un plan con una estructura y un horario. Llevar a cabo otras actividades que no estén relacionadas ni te recuerden a las drogas como dar paseos, hacer deporte, etc.


3. Descubre de los detonantes y desencadenantes que te han llevado ahí. ¿Qué emociones hay detrás de la conducta sexual? ¿Qué te ha llevado a hacerlo? ¿Hay relación con la soledad, el vacío o la autoestima?


4. Aprende a regular tus emociones. Puedes intentarlo por medio de meditación o mindfulness. Haz cosas que te ayuden a expresar como te sientes, como por ejemplo la música o la escritura.


5. Acude a un profesional. Puedes contactar con nosotros en el 915340574 o en el correo contactar@doctorcarloschiclana.com


Maria Arellano Mercadal

Estudiante de Psicologia.


Nuria Ferrer Chinchilla

Psiquiatra.


Grupo de Trabajo e Investigación en Sexualidad

Consulta Dr. Carlos Chiclana



Referencias:


[1]: Zaro, I., Navazo, T., Vazquez, J., Garcia, A., Ibarguichi, L., & Gobierno de españa, Apoyo positivo, ImaginaMAS. (2016). Aproximación al Chemsex en España 2016. Recuperado 3 julio, 2019, de


[2]: www.apoyopositivo.org

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