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Hipersexualización, pantallas y redes sociales en niños y adolescentes: pautas para toda la familia


La hipersexualización se basa en definir el canon de belleza en función del deseo sexual que éste despierta. O lo que es lo mismo, reconocer el valor de una persona según el deseo sexual que produce en los demás. En el caso de los niños, se define como la sexualización de las expresiones, posturas o códigos de vestimenta considerados demasiado precoces. 


A menudo, observamos a niñas y niños que asumen patrones y valores que no corresponden con su edad, que recalca una prioridad sexual por encima de cualquier otro valor y que muchas veces los lleva a la búsqueda de un aspecto físico o cuerpo imposible. La hipersexualización se ha extendido a gran velocidad en nuestra sociedad y condena a nuestros niños y, sobre todo, a nuestras niñas, haciendo que nos centremos únicamente en aquellos aspectos más superficiales.


Además, existe cierta tendencia a pensar que la imagen es el éxito social y, desde edades tempranas, estamos viendo un intento por imitar las conductas de las personas mayores en niños.


Las consecuencias de estas actitudes son graves y tienen un impacto a nivel individual y social:


-       La identidad personal y la autoestima se construyen en base a la imagen y la apariencia.

-       Los menores aprenden a valorarse por su atractivo, que es dictado por los medios y que a veces no se ajusta a los cánones reales.


Esta percepción errónea hará que aumente la fragilidad, vulnerabilidad y disminuya la autoestima en estos niños. También podrá generarlos elevados niveles de frustración cuando no alcancen el ideal social.

 

Con la sexualización se apoyan también estereotipos de género sexistas que pueden desembocar en problemas graves como violencia de género, desigualdad, así como trastornos psicológicos como anorexia, bulimia, depresión, ansiedad. Sin olvidar conductas sexuales prematuras que pueden derivar en una visión violenta y distorsionada de la sexualidad. Además, en un esfuerzo por cultivar su propia imagen, los menores pueden desarrollar en una menor medida otras capacidades mentales.


Por todo ello, resulta primordial el papel de los padres o tutores, ya que estos pueden asumir un rol mediador en el uso que los niños hacen de las redes sociales, los medios de comunicación o con respecto a la forma de vestir. Asimismo, las familias con una visión menos cosificada refuerzan valores personales como la inteligencia, la empatía, el compromiso. De la misma manera, buscar la ayuda necesaria en profesionales cualificados para ello resulta de gran ayuda ya que un acompañamiento adecuado puede arrojar mucha luz en el camino.


A continuación, se redactan una serie de propuestas para que las familias puedan asumir un rol mediador en la hipersexualización de los menores:


  1. En primer lugar, es imprescindible que las relaciones familiares estén basadas en una fluida comunicación y que ésta se caracterice por la ausencia de juicios, la escucha activa y la aceptación incondicional. Como parte de esta dinámica, es importante preguntarle al menor por aquello que ve o escucha y, sobre todo, por el porqué de lo que ven, desarrollando así una actitud reflexiva y de pensamiento crítico. De esta manera, el niño se sentirá acompañado y atendido, y reconocerá en sus padres unos referentes en los que apoyarse y confiar.

  2. Es importante tener en cuenta que, aunque se pueda modular y gestionar lo que los niños ven, hay aspectos que se pueden escapar del control parental, por lo que privar a los niños de las pantallas (series, películas, redes sociales), presentes en el día a día del menor, y buscar impedir que estos estímulos lleguen a sus sentidos, resulta un sinsentido. Por tanto, resulta más favorecedor intentar acabar con esta influencia en la medida en que sea posible. Para ello, en lugar de prohibir, sería óptimo enseñar a los niños y adolescentes la diferencia entre lo real y lo falso, lo natural y lo artificial. Explicarles dónde se encuentra el verdadero valor de la persona.

  3. No obstante, aunque enseñar sea más eficiente que prohibir, eso no exime de que exista un control parental sobre lo que los niños pueden llegar a ver. Para ello, resulta muy útil establecer filtros en Internet y limitar el acceso a ciertas redes sociales, programas, películas o series que resultan poco apropiadas para su edad.

  4. Asimismo, la mejor manera de impactar en los niños es mediante el ejemplo. Las madres son el principal modelo femenino de sus hijas y, el padre la principal figura masculina para sus hijos. Ambos deben transmitir a sus hijos el valor del rol de cada uno, transmitiéndoles la verdad sobre ser hombre o mujer y cómo esto configura nuestro ser.

 

 

Blanca Fiter

Psicóloga General Sanitario

Grupo de trabajo e investigación en sexualidad

Consulta Dr. Carlos Chiclana

 

 

 

Bibliografía:

 

La hipersexualización de la infancia (s/f).

 

Jiménez, D.M.D (2022). Hipersexualización de la infancia: peligros existentes y cómo evitarlos. Canal Educación y Sociedad.

 

La hipersexualización de la infancia (s/f). Edu.co.

 

De Pedro, S. (2019). Riesgos de la hipersexualización en Internet y redes sociales. Educación y Bienestar digital.

 

Lastra, O. R. E., Espinosa, E. E. S., & López, F. M. A. (2024). Análisis de la hipersexualización de menores derivada del tipo de contenidos presentes en los medios de comunicación a gran escala. Dilemas contemporáneos: Educación, Política y Valores.

 

Ruiz, A. V. G. Capítulo 2. Padres y adolescentes: miradas en torno al uso de las redes sociales como medios de socialización. Una década de investigación, comprensión y acompañamiento a las familias: construcciones plurales de la Maestría en Terapia Familiar de la Universidad Pontificia Bolivariana, 52(1).

 

 



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