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Recomendaciones para el acompañamiento afectivo-sexual de niños y adolescentes.



La educación afectiva-sexual de los niños y adolescentes es un tema de suma importancia para construir una mejor sociedad. Ésta no se limita simplemente a proporcionar información sobre anatomía y fisiología, sino que abarca aspectos emocionales, psicológicos y sociales relacionados con las relaciones interpersonales, el respeto mutuo, la autoestima, el consentimiento y la prevención de situaciones de riesgo.


La niñez, pubertad y adolescencia son etapas cruciales para la formación y toma de conciencia en estos temas. Los menores al encontrarse en pleno proceso madurativo, desarrollo físico, cognitivo y emocional, y al interactuar con un entorno social desafiante, en donde la presión social, la necesidad de aprobación y modas, son más vulnerables a mensajes distorsionados con respecto a su sexualidad.


En los últimos años, el mayor acceso a dispositivos digitales y redes sociales, expone a la población infanto-juvenil a una mayor interacción con información sesgada en cuanto a la sexualidad. Por ello, surge la urgencia de que los padres, quienes son los principales educadores del mundo afectivo- sexual de sus hijos tengan las herramientas precisas para acompañar a los menores en el desarrollo de su afectividad, curiosidad y conocimiento integral de la sexualidad.


A partir de la consulta, a continuación, comparto recomendaciones para examinar y abordar este tema de manera efectiva y comprensiva en el seno familiar:


a)     Recuerda que los niños y adolescentes suelen ser altamente sensibles a eventos y situaciones acontecidas en su dinámica familiar. Por ello, es importante fortalecer los vínculos familiares y analizar si dentro del hogar hay situaciones o dinámicas disfuncionales que puedan estar hiriendo la autoestima y los sentimientos de tu hijo, afectando las representaciones que tiene acerca de la mujer y del hombre, como también de las relaciones de pareja. Si es necesario, busca el apoyo de un especialista para ayudar a tu familia, a ti y a tu cónyuge en aquello que no está funcionando bien y que pudiera ser dañino y erróneo en su desarrollo afectivo-sexual.


b)    Fortalece tus conocimientos, tus habilidades y argumentos para abordar temas relacionados a la sexualidad, que no distorsionen los conceptos de naturaleza de acuerdo a la realidad biológica, el enamoramiento y la educación del carácter, así podrás mostrarte frente a tu hijo como un padre seguro de sus ideas y experiencia de vida, que sabe amarlo, cuidarlo y guiarlo. Cuando los niños y adolescentes ven un entorno seguro y capacitado, van hacia ello. Al nutrirse los padres sobre estos temas sólo transmitirán mejor la información a sus hijos, sino también influirán en la mirada de amor que se tiene en la familia.


c)     Fomenta espacios de escucha y diálogo. Y muy importante, sin intervención de dispositivos móviles. Es necesario que, en la familia, se promuevan espacios de confianza y conversaciones para hablar de temas de una profundidad mayor. Con frecuencia, las conversaciones familiares se tornan rutinarias al hablar de temas relacionados a la alimentación, la organización de casa, las tareas del colegio; pero hace falta hablar también de temas de mayor profundidad como, por ejemplo: cómo manejar las emociones y qué acciones tomar ante una situación complicada, la importancia y las características de la amistad, el enamoramiento, el cuidado de las personas, entre otros. Demuestra tu interés por estos temas, tu receptividad y empatía a las cosas que le pasan a tu hijo, sus dudas y opiniones. Es importante tomar en cuenta que mientras más pequeños sean tus hijos, mejor podrás abordar estos temas desde un lado más positivo, ya que si lo haces cuando ya tienen ideas preconcebidas de la sexualidad extraídas de su grupo de pares, pantallas, redes sociales y la cultura en general, tendrás un reto mayor y será un tema percibido como negativo, que ellos preferirán no hablarlo contigo.


d)    Otórgale especial importancia a reforzar su valía personal, autoestima y la forma como se relaciona con sus pares. Recuerda que la pubertad y la adolescencia son etapas de dudas e inseguridades, en donde las influencias del entorno y la opinión del grupo de pares toma especial importancia. Tu hijo te necesita cerca para formar su carácter, sentirse a gusto consigo mismo, saber hacer amigos y tener un ambiente saludable en el cual se sienta aceptado, valorado e integrado.


e)     No renuncies a tu autoridad como padre y responsabilidad de cuidar a tu hijo. Conoce y supervisa aquello que tu hijo ve, de lo contrario las influencias lo abordarán y “educarán”. Pregúntate, ¿cuál es la función que tiene las pantallas en mi familia? ¿Qué función tiene esta red social? ¿Es conveniente? Al definir y delimitar la función y el tipo de uso que quieres que tus hijos tengan tendrás más claridad en los límites a implementar y en la búsqueda de que éstos se cumplan.


f)     Evalúa el motivo por el cual le comprarías un dispositivo móvil a tu hijo. Recuerda que al tenerlo tendrá definitivamente una mayor privacidad, puesto que difícilmente podrás controlar todo el tiempo el uso, las conversaciones, los contactos y el contenido al cual accede. Recuerda que, a mayor uso de la tecnología, pantallas y redes, mayores niveles de contenido sesgado en cuanto a la sexualidad que podría estar recibiendo.


g)    Reconoce las diferencias y la complementariedad de hombre y mujer. Demuestra que hay libertad y originalidad en la forma en como cada quien perfila su personalidad, siempre que sean formas nobles.

 

En este contexto, la implicación de los padres en la educación afectiva-sexual de sus hijos adquiere una importancia fundamental en su desarrollo emocional y social. Por lo tanto, su participación activa y comprometida en este ámbito puede marcar una diferencia significativa en la formación de actitudes saludables y en la prevención de comportamientos de riesgo.

 


Andrea Lucía Ladrón de Guevara Burgos

Psicóloga Clínica

Grupo de trabajo e investigación en sexualidad

Consulta Dr. Carlos Chiclana


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