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  • Foto del escritorSexualidad y Salud

Asexualidad, un terreno por explorar.


“Estás enferma, hay algo mal en ti, crees que eres asexual porque aún no has conocido a la persona adecuada o porque no has tenido relaciones sexuales lo suficientemente buenas”,"Tú lo que tienes es que ser infiel y buscarte alguien con el que puedas tener unas buenas relaciones sexuales".


Estos son ejemplos de comentarios que se escuchan con frecuencia en relación a la asexualidad o a la falta de deseo. Muchas veces, partiendo de un desconocimiento sobre lo que estas dos situaciones implican para la persona.


En este artículo trataremos de profundizar el término asexual, las dudas al respecto en la comunidad científica y su confusión en ocasiones con el trastorno del deseo sexual hipoactivo (TDSH).


La comunidad internacional AVEN (Red para la educación y la visibilidad de la asexualidad), constituida por más de cien mil miembros, define el término asexual como aquella persona que no experimenta atracción sexual hacia otras personas. Por tanto, lo primero que se puede dilucidar es que no es una decisión y que busca ser reconocida como la cuarta orientación sexual, equiparable a la heterosexualidad, la homosexualidad y la bisexualidad.


Bajo este prisma, los expertos refieren que la asexualidad no implicaría necesariamente la ausencia de líbido o excitación física. Las personas asexuales pueden sentir atracción romántica o intelectual y/o ejercer la autosexualidad, es decir, la masturbación.


Este último punto llama la atención, ya que el propio término “asexual” significa ausencia o carencia de sexualidad. Sin embargo, el hecho de que estas personas se masturben podría indicar que el foco está situado en otras variables explicativas y no tanto en esa “supuesta falta o ausencia de sexualidad”.


Además, es necesario partir de la base de que la sexualidad es algo que todos tenemos de forma natural, no es posible no tener sexualidad. Otra cosa diferente sería la manera de vivirla, de expresarla, de sentirla, las fantasías, los deseos o la atracción sexual.


Autores como Manuel Lucas Matheu, presidente de la Sociedad Española de Intervención en Sexología y Secretario General de la Academia Internacional de Sexología Médica, argumenta la no existencia de la asexualidad y afirma que todas las personas somos sexuales y eróticas. El Dr. Matheu interpreta la asexualidad como una posible apatía sexual debida a un bloqueo en el área sexual y defiende la importancia de conocer la causa que está motivando esta ausencia de interés sexual para diferenciar la apatía sexual de un posible trastorno.


Por otro lado, en 2013, la asexualidad dejó de ser considerada trastorno por el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, pero según denuncian, siguen existiendo profesionales que lo prescriben como patología. Autores como la sexóloga Lori Brotto, profesora del Departamento de Ginecología de la Universidad de British Columbia o Bogaert, se dedica a desmitificar una de las ideas más extendidas: la que sostiene que la asexualidad está motivada por algún trauma (Bogaert, 2004; L. A. Brotto, 2017)


Sin embargo, la evidencia científica, todavía no aporta suficiente información para realizar un diagnóstico adecuado, entender los diferentes perfiles y variables asociadas y, por ende, ofrecer una ayuda adecuada a la persona que acude a consulta con esta demanda.


El Trastorno de deseo sexual hipoactivo (TDSH)


El TDSH implica una reducción significativa en pensamientos sexuales y una disminución notable en iniciar intimidad. Puede desembocar en esquivar los intentos de la pareja para tener relaciones sexuales. Este trastorno es una afección frecuente y compleja padecida por mujeres de todas las edades y culturas.


El TDSH se define como “una deficiencia o ausencia de fantasías y deseo de actividad sexual y debe causar marcada angustia o dificultad en el trato interpersonal.

El diagnóstico de TDSH requiere del discernimiento clínico de un profesional, basado en las características de la persona, sus factores interpersonales, su modo de vida y su ambiente cultural. Además, los síntomas deben haber persistido durante un mínimo de seis meses, haber ocasionado un malestar significativo, no se explican mejor por un trastorno mental no sexual o como consecuencia de una alteración grave de la relación (p. ej., violencia de género) u otros factores estresantes significativos, y no se pueden atribuir a los efectos de una sustancia/medicación o a otra afección médica.


Parece importante poder incidir en un buen diagnóstico diferencial en aquellas personas que inicialmente se presenten como “asexuales”, ya que debajo pudiera estar existiendo un problema de TDSH mantenido en el tiempo, primario o secundario a otras disfunciones.


Aquí entrará la pericia y la calidad de la atención psiquiátrica/psicológica de ir un poco más allá de lo que el paciente trae a consulta.


CAUSAS Y TRATAMIENTO PARA EL TDSH.


Desde la Psicología, el tratamiento consiste principalmente en buscar posibles causas e incidir en ellas. Las más comunes son:


-Creencias o faltas de información sobre la sexualidad que puedan estar dificultando el disfrute de la misma. Estas ideas erróneas se pueden haber forjado en la niñez, la adolescencia o la adultez; debido a malas experiencias o imposiciones externas (de los padres, religiosas, etc.). Derribar estas creencias puede ser parte fundamental del tratamiento, pues ayuda en la reducción de la culpa o ansiedad (consciente o inconsciente) relacionada a la experiencia sexual.


-Factores individuales como el estrés, el cansancio y otros; por tanto, paliarlos también es clave para el tratamiento.


-La búsqueda de factores dentro de la relación de pareja también debe considerarse como parte del tratamiento.


Finalmente, el uso de hipnosis clínica, EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing) o EFT Tapping (técnica de liberación emocional - Emotional Freedom Technique) puede ayudar a mejorar el problema.


CINCO CLAVES PARA POTENCIAR EL DESEO


1. Pasar tiempo de calidad con la pareja.

2. Compartir, en el sentido amplio de la palabra, desde responsabilidades, gustos, ilusiones o miedos, permite crear una base sólida y fortalecer la relación .

3. Intimar y aumentar el contacto físico mediante caricias, abrazos y besos.

4. Aprender a comunicar emocionalmente.

5. Salir de la rutina: planificar una cita, cambiar de escenarios o regalar ocio erótico-sensual son sólo algunos ejemplos.


Si la falta de deseo persiste, lo aconsejable es acudir a un tratamiento especializado. 


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Conclusiones


Aún podemos apreciar numerosas brechas y desacuerdos entre los profesionales y las propias personas asexuales. Las personas que se identifican con el colectivo y apoyan su existencia, no terminan de aclarar si la asexualidad se considera una orientación sexual hacia ningún género o sexo, o la falta de orientación sexual.


Por otro lado, comunidades virtuales convocaban a “gente CONasexualidad”, no a personas asexuales, proposición que parece que deja entrever algo que padeces o que fuera problemático. En febrero de 2016 se fundó la primera asociación de España: Asexual Community España (ACE), enfocada a la visibilización y el activismo del colectivo. Pretenden luchar, entre otras cosas, contra esa preposición y los tratamientos que tratan de corregir su condición.


Además, tampoco existen muchas respuestas sobre qué es lo que determina que una persona sea asexual. Lori Brotto señala que existen igual cantidad de hombres y mujeres asexuales, aunque los hombres se masturban más que las mujeres. Un estudio a un grupo de 54 hombres y 133 mujeres asexuales arrojó un índice de deseo general inferior en la muestra asexual respecto a la media de la población general, pero la capacidad eréctil de hombres y lubricación de mujeres era similar (Brotto, L. A., Knudson, G., Inskip, J., Rhodes, K., & Erskine, Y, 2010).


Los resultados de otro estudio de la misma autora en una muestra exclusivamente femenina, sugieren una capacidad de excitación sexual subjetiva y fisiológica normal, recogidos mediante amplitud del pulso vaginal, aunque no se han realizado estudios de resonancia magnética para ver qué sucede en sus cerebros (Brotto, L. A., Yule M. A. 2010).


La reciente exclusión de la asexualidad como categoría patología ha permitido diferenciar el término frente al trastorno del deseo sexual hipoactivo. Sin embargo, estas conclusiones parecen revelar que la investigación científica aún permanece rezagada en este tema y, pese al actual predominio a favor de la existencia de la asexualidad como entidad propia y sin connotación patológica, existe poca conformidad entre las ideas de los sexólogos y profesionales del tema. Wang, Y., Wu, H., & Sun, Z. S. (2019) exponen la necesidad de perfilar la conceptualización de la asexualidad para determinar las posibles causas biológicas de la misma.


Tras la revisión de diferentes artículos e investigaciones se ha observado una gran dificultad para unificar el marco teórico, la definición de asexualidad y las causas, si es que las hubiera, debido a la gran heterogeneidad del colectivo y la escasa literatura, lo que supone que la base de la que parten todas las investigaciones parece no ser lo suficientemente sólida aún como para arrojar conclusiones válidas y fiables a largo plazo.


Marta Carrión Sánchez .

Psícologa.

Grupo de Trabajo e Investigación en Sexualidad.

Consulta Dr. Carlos Chiclana.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


AVENes: Red para la Educación y Visibilidad de la Asexualidad. (2019). Consultado el 22 de diciembre de 2019, en http://es.asexuality.org/

Bogaert, A. F., 2004. Asexuality: prevalence and associated factors in a national probability sample. J. Sex Res. 41, 279–287

Brotto, L. A., Knudson, G., Inskip, J., Rhodes, K., & Erskine, Y. (2010). Asexuality: A mixed-methods approach. Archives of Sexual Behavior, 39, 599–618.

Brotto, L. A., Yule M. A. (2010). Physiological and Subjective Sexual Arousal in Self-Identified Asexual Women. Archives of Sexual Behavior, 40, 699-712.

Brotto, L. A., Yule, M., 2017. Asexuality: Sexual Orientation, Paraphilia, Sexual Dysfunction, or None of the Above? Archives of Sexual Behavior 46, 619-627

Kinsman, K. (2014). La asexualidad, la 'otra' orientación que pocos entienden. Consultado el 22 de diciembre de 2019, en https://cnnespanol.cnn.com/2014/10/05/la-asexualidad-la-otra-orientacion-que-pocos-entienden/

Libre, D. (2019). ¿Existe la asexualidad?. Recuperado el 22 de diciembre de 2019, de https://www.diariolibre.com/estilos/existe-la-asexualidad-BF1531614

Wang, Y., Wu, H., & Sun, Z. S. (2019). The biological basis of sexual orientation: How hormonal, genetic, and environmental factors influence to whom we are sexually attracted. Frontiers in neuroendocrinology, 100798.

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